Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de dedicarle una entrada a Richard Bausch, a quien considero uno de mis referentes literarios —como bien lo adivinó Miguel Ángel Muñoz en la reseña que publicó de mi libro “El tacto…”— y autor de las colecciones de relatos Alguien que me cuide, La mujer del bombero y ¿No te alegras por mí?, cuyo disfrute debemos a la editorial Tropismos —que también editó en 2006, a mi entender, uno de los mejores libros de relatos de aquel año, Perforaciones de Francisco Afilado. El relato es aquello que te cuentas a ti mismo en la sala de un dentista mientras esperas que te saquen una muela (John Cheever)
domingo, 27 de enero de 2008
Richard Bausch en LAS VICTORIAS PARCIALES
Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de dedicarle una entrada a Richard Bausch, a quien considero uno de mis referentes literarios —como bien lo adivinó Miguel Ángel Muñoz en la reseña que publicó de mi libro “El tacto…”— y autor de las colecciones de relatos Alguien que me cuide, La mujer del bombero y ¿No te alegras por mí?, cuyo disfrute debemos a la editorial Tropismos —que también editó en 2006, a mi entender, uno de los mejores libros de relatos de aquel año, Perforaciones de Francisco Afilado.
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