lunes, 31 de agosto de 2009

Anticristo - Lars Von Trier


Puedo asegurar que me dispuse a ver la última creación de Lars Von Trier libre de prejuicios. Era consciente de que la enorme cantidad de referencias sobre la película a que cualquiera tiene acceso podía contaminar mis impresiones. No hice caso, pues, a los que la tachan de pornografía ni a los que la califican como cine gore y tampoco a los que la definen como disparate o como genialidad. Estaba convencido de que si el director danés echaba mano de imágenes explícitamente sexuales o violentas o sangrientas, estarían más que justificadas. Su interesante filmografía anterior era aval suficiente para atraerme con ésta. Ingenuo de mí, estaba equivocado. Opino que como película sin más pretensión que la de narrar una historia Anticristo es un trabajo fallido. El discurso con que el autor pretende transmitir la información es excesivamente sencillo, y si bien esa sencillez, en obras anteriores como Dogville —donde de una forma certera se muestra una sociedad casi endogámica que se ve amenazada por la aparición de una forastera, y el estoicismo se presenta como uno de los puntos de llegada hacia el que tiende el individuo— constituía una virtud, ahora supone un trayecto hacia el sinsentido, hacia la nada. El argumento resulta deslavazado, los diálogos flojos y artificiales, los actores nada creíbles, la hueca personalidad de los personajes no se adivina por la acción dramática necesaria para que el espectador acceda a su mundo interior, sino simplemente por lo que dicen sin que el público sepa a quien se dirigen, si al compañero de reparto, a la cámara, al vacío... como si se nos estuviera facilitando una información de forma desganada y mecánica. En ningún momento de la película he sentido la mínima necesidad de desentrañar el conflicto planteado. He estado los tres o cuatro días siguientes a verla intentando reflexionar sobre ella como una obra de arte, esforzándome para encontrar el propósito de Lars Von Trier, para entender su lenguaje. También había leído que se trata de una película a la que hay que darle tiempo, dejar que toda esa efervescencia levantada en un primer momento se aquiete. Ni así. A través de la información que un autor facilita el arte debe conectar con el individuo, ya sea conscientemente, al distinguirse una relación lógica y natural de la obra con las experiencias del espectador, ya sea subconscientemente, a través de nuestras sensaciones más primitivas relacionadas con los recuerdos o sensaciones que ni siquiera nos atrevemos a reconocer. Sin embargo el director de Anticristo no consigue contagiar la tristeza de sus personajes, ni transmitir su dolor, ni mucho menos que nos solidaricemos con su desesperanza. Pienso en la amputación de ombligo o en el acto de canibalismo que se nos ofrece en El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, la muerte de dos niñas por atropello en 21 gramos o el asesinato de un niño en Funny games; todas ellas escenas cargadas de brutalidad pero tan exquisitamente contextualizadas que el espectador las asimila y las sufre junto con los personajes de las películas citadas. No ocurre así con las escenas que la crítica ha venido a resaltar aquí como “cumbre”, ya que en Anticristo éstas parecen introducidas con calzador y llevan no tanto ni siquiera a la repulsión como a la indiferencia. Eso es lo que creo, indiferencia, como el resto de las imágenes que en esta desafortunada ocasión ha creado el director de Anticine, ay, perdón, Anticristo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Wyoming - Annie Proulx

En una entrada anterior ya me declaraba adicto a la obra de Annie Proulx y enumeraba las dos colecciones de relatos, Bad dirt: Wyoming stories 2 (2004) y Fine just the way it is: Wyoming stories 3 (2008), que la autora había publicado desde que en España se tradujera En terreno vedado: historias de Wyoming, suspirando por que algún editor se decidiera a seguir traduciendo sus libros al castellano. Pues bien, celebro que la editorial Lumen anuncie para el próximo uno de octubre la salida al mercado español de un volumen de cuentos titulado Wyoming, en el que según parece se han reunido todas las historias que Annie Proulx ha ambientado en dicho territorio. Buena noticia para los aficionados a la buena narrativa breve y para los aficionadas a la buena narrativa sin más. Lo espero con ganas.

viernes, 21 de agosto de 2009

¿De qué hablamos cuando hablamos de literatura independiente?

La semana de la Edición y la Literatura Independiente (SELÍN) se celebrará en la localidad de Blanca (Región de Murcia) entre los días 28 de septiembre y 4 de octubre de 2009, según me informa Alfonso García-Villalba, coorganizador de la misma.

Los objetivos principales de dicho encuentro son los siguientes:

Crear un foro de encuentro y debate donde la edición y la literatura independientes encuentren el protagonismo necesario para dar a conocer su labor en la industria del libro mediante actividades informativas y divulgativas que pongan en valor su oferta e iniciativas.

La participación activa de la sociedad en las diferentes actividades programadas en la SELIN, de forma que se propicie una cultura popular y democrática en la que sea posible el debate, la lectura y la interacción con el fin de potenciar la convivencia basada en la sociedad del conocimiento.

La promoción tanto de la literatura y la edición independientes como de la lectura entre los ciudadanos.

El impulso de la sociedad del conocimiento con la intención de crear un espacio donde la cultura genere riqueza en los ciudadanos.

La consolidación de Blanca como un referente nacional en el campo de la literatura y la edición independiente situando la localidad en primer plano como espacio de la difusión de la cultura y, en especial, del libro, y mostrar sus atractivos para promocionar el turismo.

Presentar, promover e intercambiar, ideas, iniciativas y proyectos entre los agentes del sector para fortalecer la edición independiente ante los desafíos del mercado y los avances tecnológicos

Presentación y promoción de nuevas propuestas editoriales, así como de nuevos escritores y obras originales o reeditadas con especial atención a los escritores de la Región de Murcia.

Entre las 21 editoriales independientes de toda España que han confirmado su asistencia, se encuentran Lengua de Trapo, Siruela, Maeva, Páginas de Espuma, Rey Lear, Menoscuarto, Ediciones del Viento, Tropo, Escalera, Salto de Página, Errata Naturae, Machado Editores, Candaya, Alpha Decay, 27 Letras, Artemisa, El Olivo Azul y Ya lo dijo Casimiro Parker, además de las editoriales de la Región de Murcia organizadas en el Gremio de Editores: Alfaqueque, Nausicaa, Gollarín, Tres Fronteras, CENDEAC, Ahora, Ediciones de Bibliofilia, Azarbe, Corbalán, Diego Marín Editor, Fajardo el Bravo, Editum, Natursport y Laborum.

Desde aquí les deseo lo mejor a los organizadores y participantes en dicho evento. Vaya por delante que considero necesarios encuentros de este tipo, ya que desde los grandes grupos de comunicación, que en definitiva son los que proporcionan escaparate a cualquier actividad, cultural o no, se presta escasa atención a editoriales, libros y escritores que por razones obvias permanecen en el extrarradio de la media docena de las editoriales punteras que existen en España.

Sin embargo, después de leer el breve dossier que se me ha remitido, en el que se describen las actividades organizadas, los contenidos, objetivos y entidades participantes, he recuperado unas cuestiones que me inspiran curiosidad desde hace algún tiempo: ¿De qué hablamos cuando hablamos de literatura independiente? ¿de poca tirada por edición? ¿de una deficiente distribución? ¿de pocas ventas? ¿Qué significa independiente? Si independiente es no depender de otro ¿Anagrama es independiente? ¿y Tusquets? ¿y Planeta? Si un libro publicado por Anagrama vende 1.000 ejemplares ¿es independiente? Y si un libro publicado por Páginas de espuma o Candaya vende 50.000 ejemplares ¿es dependiente? ¿Dónde se encuentra la linde que separa unos de otros? La sensación que percibo a menudo es que cuando alguien se declara independiente se está alineando contra los que considera dependientes; pero ¿dependientes de qué, de quién? Me da la impresión de que el término independiente se viene utilizando en exceso como marchamo de calidad. Y una de las verdades pero de las buenas que existen en mi opinión es que la calidad de una obra sí es independiente del cauce que se utilice para darla a conocer. En fin, son cosas que se me ocurren, y sinceramente, me gustaría que estas preguntas encontraran respuesta en alguno de los debates o mesa redonda que se van a organizar en SELÍN; no estaría mal, no.