(un tal Mateo Leví): … habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Reconozco que este año han vuelto a acertar.
1 comentario:
Rayos, ese libro de Goyen tiene muy buena pinta. Tendré que buscarlo y echarle un ojo. Ya dirás qué opinión te merece.
Un abrazo, amigo.
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